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Equilibrado de los sistemas hidráulicos

Equilibrar los sistemas hidráulicos de calefacción y climatización para garantizar el confort térmico limitando el consumo de energía es imprescindible.

Los K-FLOW® son reguladores automáticos que ajustan y mantienen constantes los caudales en un amplio campo de trabajo (rango). Dichos reguladores basan su funcionamiento en unos cartuchos de acero inoxidable con una camisa fija y un émbolo móvil. Este émbolo se desliza dentro de la camisa haciendo que la sección de paso del fluido sea variable, mediante una geometría especial realizada con gran precisión mediante láser y electroerosión en la superficie lateral del émbolo. La presión de oposición al fluido se consigue mediante un muelle calibrado de acero inoxidable. Estas válvulas modifican de forma automática sus pérdidas de carga, con el fin de mantener constantes los caudales que circulan por ellas, siempre que se trabaje entre los amplios límites mínimo y máximo de su presión diferencial.

Los problemas principales que se originan por una falta de equilibrado hidráulico son:

Aporte de energía irregular en cada uno de los locales.
No se consiguen las diferencias de temperaturas requeridas.
Problemas de medición.
Problemas de regulación.
Problemas de ruidos.
Problemas de erosión.

Con el equilibrado dinámico se consigue un caudal constante en los circuitos hidráulicos mediante un sistema automático que compensa en todo momento las variaciones que puedan existir en la instalación, se sabe el caudal exacto del circuito controlado y no se necesita intervención de ajuste ni medición de obra. Esto se consigue con los reguladores automáticos K-FLOW® , que mantienen los caudales prácticamente constantes (±5%), cuando se trabaja dentro de un determinado y amplio campo de presiones diferenciales o rango de trabajo.

Mantenimiento constante del caudal de proyecto, independientemente del cambio de las condiciones de funcionamiento de la instalación.
Ajustan automáticamente las perdidas de carga necesarias para mantener el caudal constante, incluso con presiones variables.
Es posible conocer de antemano los caudales reales de trabajo para así poder seleccionar las bombas en su punto óptimo de rendimiento.
No necesitan mantenimiento.
Son autolimpiantes.

Sencillo cálculo de los circuitos.
Optimización en la selección de las bombas.
Optimización del rendimiento de las unidades productoras y terminales.
Optimización de los diámetros y, por tanto, de las velocidades en tuberías para evitar problemas de ruidos y erosión.
En instalaciones con muchas unidades terminales, menor número de unidades que las necesarias con válvulas de equilibrado estático, ya que no es necesaria la compensación de los ramales principales.
Sencillez en posibles ampliaciones o modificaciones.
Cartucho de fácil acceso.

Equilibrado automático del caudal.
No hay que realizar mediciones, luego no existe la posibilidad de error de medición.
Mínimo espacio.
Menor tiempo y costo de puesta en marcha.
Ajuste automático con cualquier cambio de presión en el sistema (trabajando dentro de su rango).
El cartucho es de regulación fija.
No es necesario precintar las válvulas.

Las unidades de producción, distribución y terminales trabajan siempre según las exigencias del proyecto.
Menor consumo de las unidades de producción y terminales al trabajar con su mayor rendimiento.
Menor consumo de las bombas al trabajar en la zona de la curva de máximo rendimiento posible.
Es prácticamente imposible desequilibrar la instalación por falsas maniobras; esto implica, nulos costos de nuevos ajustes y mediciones.
Nulos costos de nuevo equilibrado por modificación de la instalación.
Control y mantenimiento más sencillo, rápido y barato.